sábado, 4 de noviembre de 2017

Eladio Rodríguez González

Eladio Rodríguez González, mi tatara-tatarabuelo -sí, suena antiguo, pero es eso mismo lo que le aporta a esta historia un aire de magia y misterio- fue un escritor español tanto en lengua gallega como en lengua castellana y uno de los cuarenta miembros fundadores de la Real Academia Española (http://www.rae.es), así como el autor del primer Diccionario enciclopédico gallego-castellano. También fue dos veces presidente de la RAE.

Recuerdo vagamente que alguna vez me explicaron de pequeña esto mismo que ahora estoy diciendo yo, y con un interés extraño e incomprensible, atendía a las distintas anécdotas que mi padre me contaba y que, aún más años atrás, se las contaba a él su padre. Es por eso que me parece bonito compartirlo hoy aquí, darle así importancia a la Historia. 

Eladio publicó composiciones y artículos en el periódico O tío Marcos da Portela, participó en las tertulias de la Cova Céltica y en la constitución de la Liga Gallega.

Creció en Coruña con su tío, donde trabajó muchos años mientras continuaba su labor como periodista y poeta para más tarde volver a su lugar de nacimiento: Leiro, un pueblito encantador de la provincia de Orense donde se encuentra un gran monasterio que a día de hoy es un hotel. En este mismo lugar, en el año 2001 la RAE hizo un acto literario conmemorativo, dedicándole así el día de las Letras Gallegas.

Destacan sus obras Folerpas (1894), Raza e Terra (1921) y Oracións campesiñas (1927).

Por supuesto no tuve el placer de conocerle y durante mucho tiempo no supe de su trabajo ni de su gran labor lingüística. Ahora sé que formó parte de la Xeración Nós y que dejó a su paso una gran memoria, tanto reivindicativa en cuanto a Galicia como propia. Y, pareciendo esto un In Memoriam
me atrevo a casi presumir de llevar en mi sangre versos tan bonitos como los que procedo a citar:

"Connosco vive,
porque en nós é onde nace.

Eu levo esa frol conmigo.
No verdegante
xardín do meu corazón 
crece e dase
sempre fresca e recendente.
É carne da niña carne.
Se quereres arrincarma,
o corazón me arrincades."

       Fragmento de Flor Recendente, de Eladio Rodríguez González.




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