No siempre he tenido la valentía suficiente para compartir mis letras. Es por eso que abro este espacio: creo que ahora es siempre el mejor momento para empezar.
sábado, 26 de agosto de 2017
Aquí no queda sitio para nadie
Estos días ha habido muchas personas y familias afectadas por los ataques terroristas ocurridos en Barcelona y otros lugares. Me gustaría compartir la rabia que esto me produce a través de un poema en el que, apoyándome en la canción de Sabina "Pongamos que hablo de Madrid", critico una sociedad fría, egoísta e infrahumana que no repara en los detalles, que no aprecia la belleza, que se olvida de cuidar el planeta y se deja llevar. Me decepciona enormemente ver que hay personas capaces de matar desde el odio. Cada vez que pongo las noticas observo violaciones, asesinatos, guerras... a veces parece que el mundo se está volviendo loco y nosotros estamos tan acostumbrados que ni siquiera nos extraña. Sin embargo, como respuesta a los atentados la gente ha salido a las calles, se ha solidarizado, ha gritado contra el miedo. Y eso, eso es precioso. Es una luz al final de un túnel, es esperanza, es amor. Me uno a ellos aportando mi pequeña parte. Porque muchos granitos de arena forman playas y porque, entre todos, podemos (intentar) hacer del mundo un lugar mejor.
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