Tercer avance
Y me fui
porque lo único mejor que el hogar
es abandonarlo.
Padecer el cambio
hasta que los principios ya no asusten.
Hasta reencontrarte
y cuando no te duela la distancia,
cuando no te pese cada instante
en el pecho:
volver.
Volver a casa.
Saber que después de un día lluvioso
te espera un café
y un abrazo al alma.
Saber que irse es siempre
un paso adelante.
Y regresar después es
alcanzar la meta.
Comprender algo que nadie
puede enseñarte
es comprenderte a ti.
Reencontrarte.
Y crecer.
(Aprender, tal vez, a quererte.)
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